Fabiola Alejandre
20 enero 1975
20 enero 1975
[CIUDAD]
Coatzacoalcos, Veracruz – Veracruz, Veracruz.
[RESEÑA]
Licenciada en Mercadotecnia y Administración
de Empresas)
Asistente de dirección, logística y actriz en Microteatro Veracruz. Dedicada profesionalmente al ramo farmacéutico,
actividad que compagina con las artes, ha dedicado su inspiración a la
escritura, preferentemente para teatro. Escribió y montó su primer obra teatral a los 14 años. La narrativa es
uno de sus estilos predilectos.
Su obra prima Negocio familiar se estrena el
10 de marzo en el puerto de Veracruz (Foro 99)
[LINK'S]
Facebook: Fabiola Alejandre
[CUENTOS]
EL VERDUGO...
Quisiera que el viento arrastrase muy lejos tu
recuerdo.
Es una condena infinita cada olor, cada sensación que lleva a lo vivido a tu lado
Mi vida se ha desgastado, estoy marchita, me observo y solo veo cenizas de aquella alma
que alguna vez destellaba vida.
Y me lleno de rabia al saber que tú has
continuado la tuya.
Que no causa un congojo en tu conciencia el daño hecho con alevosía a mi corazón, un
corazón llenó de hiel y soledad, de impotencia, que te odia y te busca en cada
rincón de mi ser
Veneno que mata, pero no puedo dejar de beber.
No entiendo, no comprendo cómo se puede amar a
quien daña, a quien te ahoga en el mar del olvido y
disfruta de ver tu sufrimiento.
Han pasado los años y me ha faltado el valor
para enfrentarte y preguntar: ¿Por qué? ¿por qué? yo solo te brindé mi ser con
transparencia y honestidad, ¿qué se siente mentir? engañar para obtener la flor más preciada de un corazón, la del amor, amor puro, para
la vida, para formar una vida, vida que destruiste, al ver que solo buscabas
una intención carnal de poseer un cuerpo, trivialidad.
El pasado me susurra al oído: ¡deja ya de tormentos! nada cambia con lamentos…
Y si bien sé que tiene razón, no puedo
evitar el haberte conocido aquella
mañana, afuera de aquel café, haber respondido a la tentación de tu
aterciopelada voz, diciendo: ¡Hola buenos días!
debí haber huido de esas palabras, que con tus
gestos, fueron una trampa mortal, y quedé ahí escuchándote sin poder moverme.
¿Cómo pudiste? mi pecho se oprime y la
impotencia me agobia, ¿cómo hago para olvidarte?
Para arrancar cada caricia, cada mentira de la piel, dime solo dime ¿Cómo lo puedo hacer?, dulce verdugo de mi ayer...
¡Tú, falso Quetzalcóatl!
ROBO EN LA RUTA
Manejo esta mañana con un poco de
desconcierto, tenía más de 20 años que no había estado en Coatzacoalcos, vine a esta ciudad un par de veces por
negocios en aquel entonces y hoy la historia se
repite, para mi desafortunada suerte Coatzacoalcos ya no es aquella ciudad
segura en donde podías charlar y preguntar a cualquier persona una dirección o
algún dato.
Todas las referencias que me dieron antes de
venir eran tan escalofriantes (no suelo ser una mujer
miedosa), terminaron por ponerme alerta y moverme con mucha desconfianza en mi
tránsito hacia acá.
Entro por la famosa ruta de las Matas,
llegando por la calle Independencia, la ciudad se ve muy bien, con un aroma a provincia llena de colores y de gente apurada rumbo a
sus actividades, finalmente sigo a mi moderno GPS, escribí la dirección del
hotel a donde la compañía me había impuesto llegar, llego a un semáforo que me
presenta el amplio litoral de esta ciudad, en colores
grisáceos y con aroma tristemente a caño, se denota la creciente contaminación
de la playa, que a pesar de ser tan hermosa se veía disminuida con estos
factores.
Al dirigirme hacia la izquierda como marcaba
mi guía digital, veo una hermosa pirámide llena de
graciosos colores y un simbólico
Quetzalcóatl, que me invita a detenerme, estaciono el auto y bajo, la contemplo
por un rato y me hizo remontarme a aquellos tiempos donde México era
presencia, fuerza e innovación.
¿Dónde
quedo todo aquello? miro nuevamente a la figura de Quetzalcóatl y
parece responderme: “Sigue aquí, dormido en cada uno de ustedes, solo que lo
han enterrado tan dentro de su corazón que no recuerdan en qué parte lo
pusieron, han vivido de una conquista a otra, traicionándose entre ustedes mismos, dándole la ventaja al enemigo,
primero el español y posteriormente a
sus diferentes clases sociales”.
Es en verdad triste… la corrupción se ha
impregnado en su ADN y no han logrado sacarla de su gobierno y sus propios
hábitos personales. Yo solo los observo y me pregunto
hasta cuándo se decidirán a cambiar su destino.
El sonido de un claxon me hace regresar de ese
momento de introspección, vuelvo a mi auto y finalmente llego al hotel donde
debe pasar mis próximos 5 días, trabajando y
conociendo a esta nueva ciudad, para mí con nuevos clientes.
Lleno mi hoja de registro como lo hubiese
hecho en cualquier hotel, sin saber que en menos de 3 días mi información sería
usada en mi contra, utilizándola para llamar a mi familia y decirles que me tenían secuestrada, ¡estoy segura que fue alguien
del hotel! porque dieron datos precisos de vestimenta, datos de mi auto; acorralando a mi madre para
exigirle dinero, manipulando su sorpresa y susto, diciéndole que moriría sino
le depositaban una cantidad, que como se habían dado
cuenta yo no era precisamente a quien buscaban, solo le pedirían una cantidad pequeña para recuperar el dinero que
habían gastado en la gasolina de sus
camionetas, mientras la supuesta yo;
gritaba y suplicaba que me ayudaran pagando el
dinero.
Desearía haber podido saber quiénes fueron para convertirme en una centella y
haberlos partido en dos; jugar con el dolor de una madre, una mujer que de por
sí, su vida ya ha sido difícil, como
para aguantar la crueldad de esos miserables, mientras la amedrentaban; no la
dejaron colgar el teléfono, la obligaron a arrastrarse hasta la tienda de la esquina, a depositar la
cantidad convenida, advirtiéndole que si
no lo hacía, yo pagaría las consecuencias,
bajo tanta angustia mi madre no pudo pensar y
cayó (en esos 5 minutos) en donde tu
parte analítica no funciona, el corazón es el que se desboca en desesperación.
Cuando
recibió la llamada de mi hermano muchas horas después estalló en ira,
contra este tipo de personas, pensando qué es lo que
sucede con esta sociedad, en donde no se valora a las personas, ni la vida,
lloré de impotencia, finalmente al lograr hablar con mi madre me sentí tan
triste al escucharla tan decaída y asustada.
Quise dejarlo todo e irme, pero el deber me detuvo, con un jefe el cual nunca entendería el que dejara mi puesto de
trabajo, por algo “sin valor”, ya que
somos solo un borrego más con un número
en la espalda.
Charlé
con mi madre un rato, sequé mis lágrimas y
continué trabajando, tenía un triste sabor amargo con el que esta ciudad me
había recibido. Dándome una cruda bienvenida, todo aquello que Quetzalcóatl me
transmitió me dejó claro lo mal que estamos.
Finalmente después de pasar una situación
adversa agradecí a la serpiente emplumada su
recibimiento que me ayudó a digerir el comportamiento humano, llevar a actos
como el secuestro, la corrupción, la necesidad económica y la falta de
oportunidades que orillan a un grupo de personas a desenvolverse de manera tan ruin para obtener beneficios.
Mi madre y yo estamos bien, eso, es lo más importante.
SUEÑOS Y REALIDADES
15 de septiembre
Ximena camina por el parque, acaba de salir de la oficina, a lo lejos huele la
pólvora que despiden los cuetes y cuetones, se mueve a prisa, a ella no
le emocionan las fiestas patrias, considera que no hay nada que celebrar.
Mientras camina se va tropezando, los tacones
son buenos para la oficina, pero para caminar al metro definitivamente no lo
son. Suena su celular y continúa caminando
Sí, bueno. Ay mamá, voy retrasada ya sé que es
tarde, sí yo paso a la tienda a comprar el pan, si es que estos festejos
dejaron algo. No entiendo como esta gente puede celebrar, ¿qué? .... Más impuestos, más inseguridad, pero
bueno, mejor cuelgo, precisamente no es muy seguro
caminar por este parque sin ir atento. Sí mamá nos vemos en un rato.
Mientras camina, el
tacón por fin termina por sucumbir a la indefinida acera llena de hoyos,
y cae al suelo
Grrrrrrr odio este país, todo está mal.
Mientras se soba el golpe y trata de entender qué paso, de repente es sorprendida por una sensación extraña pero la llena de una brisa fresca y un aroma a copal, ésta la inmoviliza, permanece tirada en el suelo.
Una silueta
luminosa aparece frente a ella, no comprende
si es el farol del parque quien la
deslumbra, un vagabundo, y tras
esto el barullo del festejo desaparece,
y solo escucha una voz profunda masculina, una silueta de un hombre atlético
que se acerca a ella con pasos firmes pero suaves al
mismo tiempo , quien le dice a Ximena
-¿Por qué estás tan furiosa, por qué reniegas de tu tierra, no ves que perteneces una raza privilegiada, a ésta tierra del águila y la serpiente, qué te sucede?
Ella se incorpora de un salto, desea correr
pero algo la inmoviliza.
-¿Quién eres? , ¡aléjate!- grita: ¡Auxilio, auxiliooooooo!
-Tranquila nadie te escuchara, estamos en una burbuja en el tiempo, en una vértice dimensional, he venido desde el lugar de nuestros ancestros, a saber qué es lo que no puedes ver.
-¿Qué no puedo ver? más bien tú. De que grandeza me hablas, de qué raza triunfadora te expresas, no sé de dónde vienes y ni me importa y si eres uno de esos charlatanes de ahora que extorsionan, no te diré nada. Pero bueno sí, sí quiero saber algo, ¿cómo te llamas y con qué autoridad me hablas? ja “raza privilegiada” -mientras ríe sarcásticamente.
-Soy del pasado, una deidad hecha hombre, la
serpiente emplumada que guio a tu pueblo, hasta antes de los tiempos modernos,
no tengo autoridad: ¡soy la autoridad!, ¡Soy
Quetzalcóatl!
En un momento enmudeció, y pensó debo estar desmayada por el golpe. Pero él adivinando sus pensamientos le dice:
No Ximena no soy una alucinación, de cuando en cuando
vengo a este plano a ayudar a entender a personas como tú, la grandeza de sus raíces, y que si bien en este
momento las cosas no marchan como quisieras, no es motivo para dejarse
vencer, al contrario descendemos de una raza guerrera fuerte emprendedora, que
marcó innovación, desde el principio de los tiempos.
Ximena respira
profundamente, hace un alto en sus pensamientos y reflexiona, quiere seguir
conversando con él, pero recuerda el encargo de su madre…
No hay comentarios:
Publicar un comentario