Héctor Miguel González Velázquez



[NOMBRE Y FECHA DE NACIMIENTO] 
Héctor Miguel González Velázquez
17/12/1994


[CIUDAD]
Coatzacoalcos, Veracruz


[RESEÑA]
Es estudiante de la Lic. En Cinematografía en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ganador del segundo lugar en el concurso de cuento por los cien años de la ciudad de Coatzacoalcos (2011). Participante en la antología de poesía erótica Letras Lascivas de “Editorial Veracruzana Bajo tus tardes rojas” (2012). Actualmente se encuentra trabajando en su primer poemario.



[POEMAS] 


INSOMNIO #2

Ahora te veo desnuda, angelada
recostada sobre un lecho de planetas eróticos
presumiéndole a mi ansioso ser, tu anatomía de mujer-estrella.
Me veo besando tu radiante divinidad
desde tu frente aperlada, hasta tus sublimes caderas
Traduciendo las caricias de mi poesía en la poesía de tus caricias Transfigurándonos
Transformándonos
Transmutándonos
Me entrego al dulce Infierno de tu piel, y reniego del mundo que existe más allá de las caricias que conforman tu Olimpo
Donde cada segundo que pasa a tu lado es una sentencia de muerte
que acepto con gozo y placer






CADÁVER EXQUISITO FRENTE AL ESPEJO

Igual que el gato trasnochado
Regreso a los callejones donde hallé la muerte
Y no es que tiemble al sentir el beso en mi sombra
Cargo esta medialuna que encontré en el desierto
Golpéame el rostro con los pétalos de tu silencio
Muerdo la cornalina que amamanta la hoguera
Dispuesto marcho al encuentro de tus quimeras
Tus vértebras adornan mi torso
Me voy porque le fallé a mis padres
Me voy a masturbar el dolor lejos de aquí






RIMBAUD Y EL BESO DEL INFIERNO

Aun cuando te sé maldito y excomulgado,
Te amo esta oscuridad borracha
Y cuando se rompe la fina hebra de luz
Que sujeta mis trozos de cordura
Entre las grietas te encuentro sonriente
Y te vuelvo a encontrar vagabundo
Asomándote entre sílabas y absenta
Tu risa atraviesa mi mano derecha
Y no sé ya cómo evadir el encuentro de tu daga en mi cuello
En la densa jungla de Abisinia
Siento cómo la sangre se esparce
Bañando toda memoria de ausencia
Como una nube de gélido icor
Y es ahora que despojado y famélico
Arrastro mis barcos azorados
Y voy a tu encuentro en el cielo de los poetas






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