Jocelyn Atala Santopietro de la Cruz




[NOMBRE Y FECHA DE NACIMIENTO] 
Jocelyn Atala Santopietro de la Cruz
10 de Octubre de 1998


[SEUDÓNIMO]
Luna


[CIUDAD]
Coatzacoalcos, Veracruz


[RESEÑA]
Escribo desde hace 5 años, pero, a decir verdad, todo esto nació desde que me dejaron.
Me gusta mucho la poesía, el verso libre sobre todo.
Me considero una persona muy capaz de ponerse metas en el ámbito literario y lograrlas.
A decir verdad, no soy una fanática de la lectura, bueno, de las novelas, últimamente leo poesía moderna, la disfruto mucho, también algunos cuentos, pero siempre, todo lo que leo, lleva romance; me considero una amante del amor, aunque no lo demuestre, le escribo a un ausente, a alguien que me dejó, que se fue; escribo, quizá, por ardida, porque no me basta llorar, porque necesito, siempre, algo más, algo que me acabe de matar.
No soy tan buena para inventar cosas, normalmente, todo lo que escribo es algo que me sucedió, a veces le cambio pequeñas cosas para no leerme tan dolida.
Le escribo, en realidad, a muchas personas, podría considerarlo una maldición.
Apenas el año pasado comencé a asistir a talleres de creación literaria, de poesía; no quisiera estudiar letras o literatura, entiendo que ayuda, pero también que hay personas que se dedican a otras cosas y terminan escribiendo, quizá sea que nacen con esa habilidad, pues bueno, me considero así, y me gusta.
Por parte del colegio, participo en el taller de creación literaria, el semestre pasado tuvimos de proyecto final la creación de una novela, y lo logré, tuve mi primer libro.
Este semestre es el mismo proyecto, pero tengo como meta por parte de mi profesor la creación de un poemario, un poema épico, y aunque yo decía que no podría, pude, ya está a nada de ser terminado.
Y bueno, escribo cada que puedo, en donde puedo: en el celular, en mis brazos, en mis piernas, en las libretas de los demás, en libros, en personas, en pizarras, en donde sea y cuando las palabras lleguen.
Soy una poeta, y me gusta. Estoy orgullosa.




[POEMAS] 


POEMA 1

A veces me gusta pensar que te quedaste con ella porque te quedaba más cerca su casa que la mía.
Me gusta creer que fue porque pagas menos en transporte para verla a ella que para verme a mí.

¿Y quién lo diría?
¿A quién culparía?
nadie me advirtió que ibas a florecer mis Otoños, nadie me dijo que dos años después aún dejarías rosas en mi llanto,
ni siquiera escribí que dos años después te convertirías en la sombra que atormenta la tumba de Poe cada 19 de Enero.

A nadie puedo culpar más que a mí,
con nadie puedo llorar más que conmigo.

Porque nunca me percaté de no mirarte caminar, nunca me cuidé de no verte pestañear,
nunca evité el no observarte sonreír,
nunca me percaté de no escuchar la melodía que emitías al reír,
porque no sabía que esa estaca me iba a clavar,
de los pequeños gestos,
de las cortas canciones,
de tus dedos sobre las cuerdas,
de tus brazos tocando para mí.

Y quién sabe,
quizá nunca quise recitarte.





POEMA 2

Como cada fin de Marzo
y todos los soleados inicios de Abril,
te extraño a medias,
como se extraña un cigarro,
como se desea un trago;
porque si pudiera elegir una imagen a borrar
sería la de tu rostro al sonreír,
la de tus ojos al cantar,
y la de tus lágrimas al brotar.

Si pudiera elegir un día a borrar
sería el 24 de Abril del 2015,
el 9 de Febrero del 2015,
y Junio,
cuando te conocí.

Si tuviera el valor de elegir una canción a olvidar
sería Wish you were here,
todos los discos de Bunbury,
y por supuesto,
los de Zoé.

y caminé
y caminé

arriesgando el contenido de mi ser,
las estrofas que di al nacer,
el suspiro que daré al fallecer.

caminé
y caminé

y te visualicé desnudo,
te contemplé de pies a cabeza,
pobre ser absurdo.

Y de la nada tenía todo.
Una puerta sin manija,
un corazón solo

Si por algún motivo,
y lo digo cobarde,
con lágrimas en la almohada ,
y un puñal de palabras,
Amor de verano,
dolor de otoño,
goce de Primavera,
soñar de invierno:
Si por algún motivo,
y afirmo triste,
si por algún motivo volviera a verte
quizá sobre la Av. Universidad,
por la preparatoria detrás del Sotavento o por Gaviotas andar,
amor mío,
te suplico no me sueltes,
te ruego me lleves.

Si quieres bailamos,
me pongo los zapatos y me llevas contigo.
Te imploro te quedes,
lloro porque me esperes.

Porque volvería a caminar desde el palenque a punta caracol sin pensarlo,
mentiría para irte a ver al Conalep,
no me tentaría la conciencia y acariciaría la carnosidad de tú boca en aquél parque del Colegio Mérida,
porque me empapé el alma de ti,
llené mi memoria de tú piel
y si aquélla noche me hubieses secado,
hoy tú,
estarías empapado.

Porque hoy soy insegura,
porque la noche me consume,
me trago las palabras,
me ahorro las lágrimas.

Escribo porque ya no puedo,
porque la vida se me va,
mis amigos me dejaron ayer
y tu antier
No quiero despertar.
Ya no quiero escribir.
Me rehúso a rimar.
Finalmente, amor mío:
Si me dieran una nueva oportunidad,
dejaría de ser Valeria,
no te haría llorar.
Guardaría los audífonos,
me quedaría contigo.
Porque te quiero,
te quiero,
te quiero.





TEXTO 1

Todo era tan inocente cuando hablaba de lo mucho que él me gustaba.
Todo se oía tan dulce, tan tierno.
     Le contaba a mi mejor amiga sobre lo mucho que sus cejas me gustaban, cada que las arqueaba era como si quisiera cruzar ese puente que formaban, sus ojos, nadaría en ellos por milenios, la forma en la que su nariz se arrugaba me encantaba, a veces, le contaba también que era lo más cercano a morir cuando veía su sonrisa, me pude declarar enamorada desde hace varios meses, la forma en la que poco a poco comenzaba a sonreír era tan similar a las fases de la luna, de pronto tenía la luna llena frente a mí, con un brillo inigualable, me encontraba ante el universo misterioso que quería conocer, alguna vez le conté de los suspiros que yo daba cuando movía su cabello, Dios ¿por qué castigarme así? ¿Por qué permitir que sus manos envolvieran mis ángeles y me llevaran a un lugar mejor que el mismo paraíso? Quizás, eternamente, adore su caminar, y lo mucho que me encantaba admirarlo.





TEXTO 2

     Qué curioso resulta el encontrarte con tu propio pasado, aun después de haberlo enterrado hace meses; que curioso resulta encontrarte con los mismos ojos, las mismas cejas y la misma sonrisa a las que le escribías; que curioso resulta el volverte a cantar las mismas penas por las noches, volver a escuchar tu melodiosa risa y volver a escribir sobre lo mucho que divago al caminar entre los mechones que forman tu cabello.
Qué curioso es saber que, después de tantas tardes de lluvia, después de tantos amaneceres y cigarrillos, después de todas las noches admirando la misma luna que nos ilumina, después de todo, te sigo amando de la misma manera que lo hice la primera vez que pude admirar el brillo que reflejaba tu mirada, aquella que me mató al instante, que me hizo descubrir constelaciones; te sigo amando, sin un punto final, por siempre.





TEXTO 3

     David, mi pequeño David, estás en tu plenitud, 21 años, una madurez tremenda. ¿Qué pasó?, ¿qué murió?, ¿por qué nos hundimos?, ¿hasta cuándo?, sí, ¿hasta cuándo?
     Aquél bosque ¿qué te genera?, ¿por qué lo frecuentas?
     Penetras totalmente en ese bosque, dices que te vienes de mil maneras, David, David. ¿A dónde vas?, ¿volverás?, en mi mente estás.
     Haces la rutina de todos los días desde hace un año.
     Caminas hasta llegar al fondo, donde la señal telefónica es algo que se desconoce, David está drogado, David no sabe qué hacer, ya no quiere volver.
     David se sienta, sus ojos son rodeados por tonalidades moradas y azules, sus venas nunca han estado tan pronunciadas. Él se recuesta, se despoja de toda prenda que le estorba, baja con lentitud su mano hasta su miembro y se toca, se toca mucho, se viene, acaba, se va.
     No, así no acaba, no goza.
     David se toca por placer, sí, llega a un orgasmo, un orgasmo que le genera miles de emociones, que le revive dolencias, que le despierta ausencias, llora, grita, gime, gime mucho, pero ese placer no lo satisface, ese placer no lo llena, David está vacío, y al tocarse, al llegar a un orgasmo, solo se destruye más.
     Entre gemidos llora al recordar aquélla suavidad de dicha espalda, sufre al ya no tener aquélla mirada, desea su muerte al notar que ya no va a volver, abre los ojos y grita con dolor al llegar al orgasmo.
     David se viene, acaba, sí, físicamente acaba, porque por dentro, en sus entrañas, todo se desprende, deja de ser él, y tiene placer, un placer doloroso, un placer que su inmadurez emocional no detiene, no va a detener porque no está listo, porque no concluyó etapas, porque buscó salidas fáciles y omitió puntos finales.
     David no va a ser feliz ni tocándose todos los días, o dejándose tocar, ni siquiera estando con alguien más en la intimidad.
     Aquél bosque, es suyo, lo ha violado tantas veces que él mismo dejó de sentirse propio.
     Ni mil orgasmos, ni mil mujeres, ni otra vida, ni todas las drogas…, no volverá, se ha ido.
     Anda a dormir, David, es de día ya.





No hay comentarios:

Publicar un comentario